LA REACCIÓN REGENERATIVA EN FRÍO
No es sólo un momento de placer: la ducha desempeña un papel fundamental en el viaje del bienestar. Después de un baño de calor en la sauna o el hammam, es imprescindible enfriar completamente el cuerpo para obtener y reforzar los beneficios de cada ambiente. El programa completo incluye, por tanto, una sesión de calor seco o calor húmedo, una reacción al frío y el descanso.
REACCIÓN FRÍA
Tras una sauna caliente o un baño de vapor, una ducha fría completa el ritual de regeneración del cuerpo y la mente, devolviéndolos rápidamente a su estado original, libres de estrés y tensión.
El contraste térmico estimula el funcionamiento de numerosos sistemas corporales, en primer lugar el cardiovascular. También regenera y estimula los tejidos, haciendo que la piel esté más suave, elástica y radiante.
El tratamiento del cuerpo con calor maximiza sus efectos beneficiosos si se incluye en un ciclo de tres fases, que se convierte en un verdadero ritual. Tras una fase de descanso adecuada, el ciclo puede reanudarse con la fase de calor, procurando respetar todas las fases, finalizando cada ciclo con la fase de descanso, para un ritual que equilibre correctamente cuerpo y mente.
FASE 1.
Sesión de calor seco (sauna) o húmedo (baño de vapor).
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FASE 2.
Reacción al frío que devuelve súbitamente al cuerpo su temperatura inicial.
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FASE 3.
Reposición de hidratación, sales y descansa envolviéndote en paños suaves durante el mismo tiempo que en el ambiente caluroso.