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EL PLACER DEL BAÑO DE VAPOR

El abrazo de una cálida nube que relaja y purifica la piel, mientras que el aroma de las esencias suaviza y libera la respiración, alivia y calienta el corazón. Las costumbres actualizadas de la sabiduría antigua han sobrevivido a los siglos para aportar bienestar a través del agua y el calor.

HAMMAM: ORÍGENES Y TRADICIÓN

En la antigua Roma, los baños públicos ya eran una importante institución social e higiénica. En los países islámicos, la práctica del baño público sufrió nuevas influencias culturales y religiosas en el siglo XVII. Los musulmanes introdujeron el uso del calor húmedo y la importancia de la higiene ritual en un contexto religioso.

 

En Turquía, el baño de vapor alcanzó su máxima popularidad y sofisticación, por lo que también se conoce como baño turco o hammam. Los hammam eran bellas construcciones con salas a diferentes temperaturas en las que se lavaba el cuerpo con jabón, jabón negro, y se utilizaba el calor y el vapor para rituales de purificación.

 

Lo que ofrecemos hoy es, por tanto, una de las prácticas utilizadas en la época. Los baños de vapor modernos son ambientes saturados de vapor, con una temperatura de 40-50 grados y una humedad del 100%.

 

El calor es menos intenso que en una sauna, lo que permite sesiones más largas, de 20 a 25 minutos. La infusión de esencias balsámicas en el vapor completa la experiencia sensual del bienestar.

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EL RITUAL DEL HAMMAM

Antes de entrar en el baño de vapor, beba un vaso de agua para asegurarse de que está bien hidratado; después continúe con una ducha tibia para lavar bien el cuerpo y prepararlo para la purificación.
 
Entre desnudo o cubierto con toallas de tejidos naturales y transpirables. Una vez dentro del hammam, utilice la ducha de mano para enjuagar el banco en el que se sentará. Busque una posición cómoda, sentado o semireclinado, y relájese entre 15 y 25 minutos. Además del vapor, la aromaterapia con aceites esenciales puede ayudar a estimular y relajar el cuerpo y la mente. Las luces de cromoterapia y la música completan el despertar de todos los demás sentidos.
 
Después del baño de vapor, date una ducha fría para eliminar el sudor y bajar la temperatura corporal. Envuélvete en un albornoz y túmbate en una tumbona durante al menos 15 minutos, tomando un té de hierbas caliente para restablecer el equilibrio hídrico.

BENEFICIOS DEL BAÑO DE VAPOR

El baño de vapor, también conocido como baño turco, es un lugar de relajación y purificación. La acción combinada del vapor y la alta temperatura purifica el cuerpo, facilitando la eliminación de toxinas. Gracias al efecto del vapor, los poros se abren, permitiendo una limpieza profunda de la piel y contribuyendo a un aspecto más suave, radiante y flexible. El beneficioso vapor hidrata las mucosas de las vías respiratorias, fortaleciéndolas y aliviando cualquier síntoma de congestión. La experiencia calmante y relajante del ambiente cálido y aromatizado puede ayudar a reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo, promoviendo una sensación de tranquilidad.

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